Cierta noche, en la que dormía profundamente, mi inconsciente me regaló un sueño como el que seguramente todos y todas hemos tenido alguna vez, me refiero al sueño de volar por el cielo, observar ciudades, selvas, mares y ríos, así como peñascos y abismos, sueño que a veces como la historia de Ícaro, termina con una caída estrepitosa desde las alturas y el despertar es inevitable pero deseable.
De aves y ornitólogos
Creo que los seres humanos tenemos cierto deseo por volar, pero hay quienes adoran a las aves, por el mero hecho de ser aves. Estos amantes de la naturaleza, se convierten en ornitólogos y principal fascinación, por no reducirla solo a una profesión, es observar y estudiar a estas creaturas, sus recorridos, su hábitat sus costumbres, y claro está, ocuparte de temas relacionados a su preservación.
Entre los más reconocidos ornitólogos, se encuentra el estadounidense James Clements (1927-2005), quién en desde 1975, elaboró un catálogo mundial, de especies de aves, vivas y extintas, el cual, hasta la fecha continúa actualizándose.
México, un lugar para encontrar aves
Gracias a las actualizaciones del catálogo Clements, sabemos que, para 2019, en el mundo existían cerca de 10 mil 721 especies de aves, de las cuales, según la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), es posible encontrar en México 1124 de éstas, que representan el 10.6% del total de aves en el mundo. Pero, además, solo 109 son endémicas, esto es, sólo se encuentran en nuestro país.
Canto de los dioses, un negocio lucrativo
No obstante, independientemente de si las aves son o no endémicas de México, no se puede negar que su presencia es maravillosa a la vista y su trinar alegra el alma.
Por ello, considero que es mejor escucharlas en libertad, que en cautiverio. Los cantos de las aves suelen ser tan hermosos que, desgraciadamente esa misma belleza es la que ha provocado que diversas personas lucren con ella, traficando aves de diversas latitudes, para ofrecerlas en jaulas al mejor postor.
Pero ¿no es hermoso ver a las aves en su hábitat natural y escucharlas cantar en libertad?, ¿no sería lindo que visitaran tu hogar por voluntad en lugar de forzarlas a permanecer en él?
Un proyecto para aves en libertad
Si piensas que soy una soñadora, como dijo alguna vez el cantautor, activista, compositor y fundador de la banda de rock The Beatles, John Lennon, “no soy la única”, ya que existe un proyecto que justo tiene esta visión, la de disfrutar del canto y de los colores de las aves, desde su propio entorno y no como una agregación forzada del nuestro.
El proyecto llamado “Las casas de Paloma” tiene el objetivo de generar espacios para aves, donde puedan habitar y refugiarse de la inclemencia del tiempo o bien, o si lo prefieren, funcionar como un espacio de visita temporal, donde puedan encontrar semillas y agua, y a cambio, podamos disfrutar de la placides de su presencia y armonía de su trinar ¿quién dijo que la contemplación no era una forma de felicidad y placer?
Un rinconcito del cielo
Las casas de Paloma pueden colocarse en árboles, balcones, terrazas y techos, ayudando así a contribuir a un mejor ambiente visual donde se encuentren.
Asimismo, son amigables con el ambiente a la vez que resistentes, ya que como parte de elaboración, son tratadas con pinturas que no perjudican a los animales ni al medio ambiente, creando una armonía y estética que congenia con sus brillantes colores.
Lo más bello de este proyecto es la creación de condiciones para que aves y seres humanos podamos convivir sin necesidad de capturarlos o encerrarlos, fomentando una sinergia y empatía por nuestro bello mundo.
Si estás interesado en formar parte de ese proyecto, puedes buscar la iniciativa en Facebook como “Las casas de Paloma” o en Instagram como “lascasasdepaloma”.
De esta forma doy inicio a mis colaboraciones en Revista Estilos, agradezco el espacio y espero leernos pronto.
