Sin duda alguna, desde que apareció la fotografía, la manera de narrar historias cambió por completo, ya no era necesario interpretar la realidad a través de la pintura, sino que ya era posible plasmarla tal cual la veían los espectadores. películas

Esto permitió que el mundo del dibujo y la pintura pudieran tomar nuevos caminos, para expresar, no solo lo que se encontraba en el exterior, sino tener una mira más al interior del ser humano, como lo hizo el pintor Salvador Dalí por ejemplo. 

Así, con el desarrollo de los daguerrotipos y su consecuente evolución que poco a poco permitió el uso de otros materiales para la toma de fotografías, este arte evolucionó en una técnica que en 1895 asombró al mundo de la mano de August y Louis Lumière, el cine. 

Desde la aparición del llamado séptimo arte, éste ha sido utilizado como medio de contar de una forma novedosa y llamativa, historias. tanto reales como ficticias. 

Con el paso de los años aparecieron nuevos competidores para el cine, como la radio, la televisión, y más recientemente las redes sociales y otras herramientas como el internet, no obstante, el séptimo arte continúa siendo una de las vías por las cuales la humanidad ha logrado transmitir y narrar las grandes cuestiones de nuestro tiempo.  

Desde cómo viven animales en lugares magníficos y asombrosos del planeta, pasando por historias de fantasía y acción hasta llegar a cuestionamientos sobre el sentido de la vida y el universo, de dónde venimos, a dónde vamos, quiénes somos. 

Teniendo en claro que en este sentido, el cine generalmente plantea más preguntas que respuestas, en Revista Estilos te presentamos una lista de 5 películas para reflexionar sobre nuestra existencia. 

5 películas para reflexionar sobre nuestra existencia

Blade Runner 2049 (2017), de Dennis Villeneuve 

El protagonista de la secuela, K, se encuentra un paso más allá del espectador: ya que al igual que nosotros, ya ha vivido y reflexionado, quizás en exceso, sobre el mundo de la primera parte.  

Por tanto, el personaje interpretado por Ryan Gosling brinda una lección que reconfigura a Blade Runner, Matrix y toda la ‘ciencia-ficción filosófica’, ya que K cree ser el elegido, pero no lo es; solo mediante la renuncia al propio ego y la aceptación de la propia insignificancia –entregándose a una causa mayor– encuentra el verdadero sentido. 

La piel que habito (2011), de Pedro Almodóvar 

¿en qué lugar se ubican los extremos del yo? ¿Se sigue siendo uno mismo si se cambia de nombre, de cara e incluso de sexo? ¿Se puede ser, incluso, más ‘yo‘ que nunca tras ese cambio?  

Después de varios años de encontrar una posible respuesta en varios personajes que cambian para acercarse a su auténtica identidad, Almodóvar brindó una nueva interpretación de la respuesta a dichas interrogantes, con una protagonista cuya identidad era torcida sin que ella así lo deseara.  

Aquí se mezclan la ciencia-ficción, el terror y el melodrama: algunos momentos de la transformación de Vera producen auténticos escalofríos y, sin embargo, a cada paso está más cerca de su auténtico ser. 

El séptimo sello (1957), de Ingmar Bergman 

Un caballero regresa a su casa después de haber participado en las Cruzadas, sin embargo deberá cruzar toda Europa en plena epidemia de la peste negra antes de llegar a su hogar.  

En el camino, la Muerte lo reta a una partida de ajedrez y, durante el juego, ambos contendientes realizan diversas reflexiones sobre la vida, los valores que la justifican y el sinsentido que supone la existencia misma.  

Debemos decir que no es un filme que sea fácil de digerir, y claro está que no es una cinta con para pasar tranquilo una tarde de domingo, sin embargo, es una de las obras maestras del cine sobre la existencia humana. 

Interstellar (2014), de Christopher Nolan 

La respuesta de Nolan a 2001: una odisea en el espacio, la obra maestra de Stanley Kubrick. Esta cinta en ocasiones ha sido señalada como “una 2001 con sentimientos”, algo particularmente irónico viniendo de un director acusado de usar a personajes que, en ocasiones, parecen robots.  

Dicho comentario, tiene sus fundamentos en le hecho de que el filme en sí mismo es un ejemplo de lo que significa ser cursi: un largometraje de ciencia-ficción que trata de manejar conceptos que son más grandes que la vida, enfrentando a la raza humana a su extinción, dejando como mensaje final, que solo merece la pena sobrevivir, por medio del amor. 

Big Fish (2003), de Tim Burton 

La gran fábula de Tim Burton en la que explica de forma bastante clara sus motivaciones como autor y narrador de historias.  

Esta película cuenta con grandes actuaciones, tiene como trama una serie de historias, mismas que tienen inmersas una excelente fábula sobre el sentido de la vida (suponiendo que ello sea posible), por medio de la huella que dejamos en aquellos que vendrán después de nosotros.  

Este filme es sin lugar a dudas, un filme sobre las distintas maneras en las que es posible expresar a mor a nuestros seres queridos; el romance como una tabla de salvación frente al absurdo vital.